El 25N a través de cuatro mujeres: un manifiesto

Aún no habíamos nacido, pero el 17 de diciembre de 1997, un asesinato atroz cambió la visión de la sociedad española.


Ana Orantes, una mujer andaluza de 60 años, fue quemada viva por su exmarido, solo 13 días después de contar en Canal Sur el maltrato del que había sido víctima durante 40 años.


Ana intentó escapar de su situación muchas veces. Acudió a la policía, intentó divorciarse. Había denunciado las agresiones de su marido hasta en 15 ocasiones.


Pero no existían leyes que la ayudaran. El divorcio se había legalizado en España apenas en 1981 y, cuando Orantes intentó abandonar a su esposo, él convenció al juez de que le negara el divorcio.


Incluso después de que su divorcio fuera concedido por fin en 1996, tuvo que seguir compartiendo la vivienda con su maltratador, por recomendación de un juez de paz.


Ana Orantes tuvo que ser asesinada en el patio de su casa para que cambiase la percepción social de la violencia machista.


La primera vez que su marido la golpeó, Ana Orantes pensó que le había fracturado los huesos de la cara. Estaban recién casados y vivían en casa de los padres de él. Al escucharla gritar, su suegro entró corriendo a la habitación y golpeó a su hijo. 


Orantes le dijo a su suegro que no tenía idea de por qué su esposo la había golpeado. Pero de todas maneras ella se sintió culpable y pidió disculpas. Su esposo le respondió escupiéndole en la cara.


Y esto sería solo el principio. 40 años después, en el propio patio de su casa, su marido le echaría un litro de gasolina por encima, encendería un mechero, y la quemaría viva. 




1999. Ángela González huye de la casa familiar con su hija Andrea, que entonces tenía 3 años. Denunció el maltrato que sufrían y solicitó la separación del agresor. Pero el maltrato continuaría después del divorcio, a través de su hija Andrea. 


Ángela había interpuesto 51 denuncias contra su agresor. Cincuenta y una. Pero esto no le impidió a su exmarido asesinar a su hija, de dos disparos en la cabeza, durante un régimen de visitas no supervisado. 


Era el 23 de abril de 2003. La niña tenía solo 7 años. 



Es a partir del año 2003 cuando el gobierno empieza a contabilizar las mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas. 71 mujeres fueron aquel año.


El 31 de marzo de 2004 Encarnación Rubio fue brutalmente asesinada por su marido, el cual tenía una orden de alejamiento. No podía acercarse durante cuatro meses a menos de 100 metros de su casa o de su lugar de trabajo.


Pero él la embistió con su coche, y ella fue lanzada al aire y se golpeó contra un muro antes de caer al suelo. Al comprobar que Encarnación trataba de levantarse, volvió a atropellarla por la espalda, marcha adelante y marcha atrás, tres veces, hasta que se aseguró de haberla matado.


Encarnación Rubio fue la primera mujer asesinada en España con orden de protección.


Desde el 1 de enero de 2003 hasta el día de hoy, 1.231 mujeres han sido asesinadas en España por Violencia de Género. 


Desde el año 2013 hasta hoy, 48 menores han sido asesinados en casos de violencia de género contra su madre. Lo que se conoce como violencia vicaria.


En lo que llevamos de año, más de 40 mujeres han sido asesinadas en España.


A pesar de los datos, que son sangrantes, muchas personas niegan la violencia de género. Dicen que también las mujeres pueden ejercer la violencia, y maltratar a los hombres.


Esto es verdad, pero no se dan cuenta de que la violencia machista es un tipo de violencia especial, que se ejerce contra las mujeres por el mero hecho de serlo, porque nos han enseñado a todos y a todas que las mujeres deben estar sometidas a los hombres, hasta el extremo de que si intentan escapar de ese sometimiento, algunos hombres llegan a pensar que merecen morir.


2022. Teresa Rodríguez tiene 23 años. Es enfermera y se va a trabajar a Bruselas. Teresa no deja pasar la oportunidad: habla francés a la perfección y también domina el inglés. 


Teresa decidió que su futuro profesional y personal debía estar en la capital belga, y que debía dejar a su pareja, César, que tenía 24 años y había estudiado para Guardia Civil. 

Teresa viajó a Valladolid para terminar la relación y volvió a Bruselas. Pero él no lo aceptó. César decidió ir hasta Bruselas para dejar claro que el que mandaba era él, y la asesinó asestándole varias puñaladas. Después, intentó suicidarse tirándose por la ventana.

La mitad de los feminicidios en el mundo son cometidos por parejas o exparejas de las víctimas.

El feminicidio es la principal causa de muerte de las mujeres entre 15 y 44 años.

La violencia machista es producto de una educación que nos enseña a los hombres que nosotros tenemos que llevar el control, que nosotros somos los que mandamos en una relación, que nosotros decidimos cuando esa relación se acaba. Que si son ellas las que nos dejan a nosotros, somos unos fracasados, que no servimos como hombres. Los hombres también somos víctimas de esa educación machista. 

Tenemos que romper esta terrible cadena. Nuestro oficio es la vida y nuestra misión no es prolongar el odio, no es hacer sentir mal a un chico porque no controla a su novia, no es decirle a nuestra amiga que ellos son así y que hay que aguantarlos. Tenemos que terminar con esta espiral de violencia ¡YA!



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