Aún no habíamos nacido, pero el 17 de diciembre de 1997, un asesinato atroz cambió la visión de la sociedad española. Ana Orantes , una mujer andaluza de 60 años, fue quemada viva por su exmarido, solo 13 días después de contar en Canal Sur el maltrato del que había sido víctima durante 40 años. Ana intentó escapar de su situación muchas veces. Acudió a la policía, intentó divorciarse. Había denunciado las agresiones de su marido hasta en 15 ocasiones. Pero no existían leyes que la ayudaran. El divorcio se había legalizado en España apenas en 1981 y, cuando Orantes intentó abandonar a su esposo, él convenció al juez de que le negara el divorcio. Incluso después de que su divorcio fuera concedido por fin en 1996, tuvo que seguir compartiendo la vivienda con su maltratador, por recomendación de un juez de paz. Ana Orantes tuvo que ser asesinada en el patio de su casa para que cambiase la percepción social de la violencia machista. La primera vez que su marido la golpeó, Ana Orantes pensó
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